La Historia de la Humanidad está íntimamente ligada a la ingesta de líquidos por un mero asunto de supervivencia. Los primeros utensilios que se crearon para hacer más fácil el acceso al agua, la leche o los zumos eran elaborados a partir de barro, madera o cuernos de animales. Solo cuando los avances en las fermentaciones llevaron hasta la producción de vino, los humanos se decidieron a utilizar materiales como el bronce, el oro, la plata o el vidrio, dignos contenedores de tan magnífica elaboración.
Ya unos 3000 años ac fenicios y egipcios festejaban sus celebraciones con copas de cerámica, latón o plata; y el mismísimo Pericles, uno de los mejores políticos, oradores y estrategas de la Antigua Grecia, grababa su nombre en las copas que usaba durante sus simposios. Los romanos perfeccionaron, decoraron y exportaron por todo su imperio las copas, que irían evolucionando durante la Edad Media y el Renacimiento.
A fines del siglo XIX y principios del XX se puso de moda tallar las copas sobre cristales de colores. Sin embargo, los expertos en vino (origen de los actuales wine lovers) hicieron que se sustituyeran progresivamente estas copas por otras incoloras. Toda una evolución milenaria tan solo para disfrutar de la mejor manera posible del vino.
En la actualidad, ya ha quedado claro que para apreciar todos los matices de un gran vino es fundamental elegir la copa adecuada. El tipo de cristalería que se escoja para cada ocasión dependerá de factores como: el estilo de vino que estemos disfrutando, la vejez del mismo, las variedades que lo componen o el método de elaboración. Los detalles que marcarán las diferencias entre copas están en las partes de la misma: pie, tallo y cáliz, que se divide en la parte de la base o balón y el cuello
Una copa para cada Pradorey
Los distintos tipos de copas que existen actualmente se adaptan a las variedades de vino que podemos encontrar en Bodegas y viñedos Pradorey y que harán que el disfrute de nuestras elaboraciones sea completo.
Aquí explicamos los tipos de copas de vino, sus diseños y nuestras recomendaciones:
Copa Burdeos
Sin duda la copa más utilizada para servir vinos tintos. Guarda un parecido a la copa borgoña, aunque posee un cuello más cerrado y un cáliz más largo. Su morfología permite captar todos los aromas fuertes sin que provoque una saturación. Fantástica para encontrar los matices del terruño de Adaro, Finca Valdelayegua y Finca La Mina.
Copa Borgoña
Se trata de una copa voluminosa con tallo largo y cuello ancho, cuyo cáliz tiene mucho globo. Su nombre viene dado por la localidad donde se elaboran los vinos pinot noir. No olvides que el ancho de la copa permite que al agitar el vino y mezclar el contenido con el aire, se puedan encontrar y disfrutar más los aromas de vinos complejos. Ideal para vinos con mil matices como Pradorey Élite, Pradorey Finca Real Sitio de Ventosilla, El Buen Alfarero o El Retablo.
Copa Cabernet Sauvignon
Tiene muchas características comunes con las dos anteriores, aunque es de menor tamaño: se utiliza para vinos que necesitan una menor temperatura para consumirse en condiciones óptimas, y una copa grande solo provocaría que acabara calentándose. Esta copa es una magnífica anfitriona para Pradorey Rosado o Pradorey Blanco.
Copa Sauvignon Blanc
Entramos en el fascinante mundo de los blancos con esta copa que se caracteriza por un cáliz estrecho pero amplio y un tallo largo para evitar que el líquido se caliente. Imprescindible para vinos afrutados como Lía.
Copa Chardonnay
Su base ancha y con mucho globo y un tallo alto hacen de esta una copa voluminosa. El diseño ayuda a degustar el aroma de los blancos complejos, ya que su amplitud permite oxigenar el vino y que puedas consumirlo de una forma óptima. Además de realzar las características de blancos fermentados en barrica, también es ideal para productos transgresores como El Cuentista.
Si salimos ya del ámbito de los vinos tranquilos, encontramos otros tipos de copas, también imprescindibles en la alacena de cualquier wine lover.
Copa Flauta
Este tipo de copa es alargada y estrecha para evitar que el gas pierda la fuerza en los cavas o champagnes.
Copa Sauternes
De menor tamaño que la copa flauta y con un cáliz con menos barriga que hace guardar más las proporciones de la copa. Usada para el vino del mismo nombre, pero también para degustar otras elaboraciones dulces como Tojkays, Pedro Ximenez o Moscatel.
Copa Jerez o Catavinos
Esta copa de vino es, quizás, la más específica. Y es que el vino de Jerez se caracteriza por su alto grado de oxidación, por lo que tiene características especiales. De cáliz pequeño y alargado, y tallo ancho y corto, es pequeña pero gruesa, lo que permite conservar la temperatura algo más baja de lo habitual.
Copa Oporto
Su principal función también es potenciar el aroma de este vino portugués. De tamaño similar al catavinos, pero más ancha de cáliz y con el cuello que se cierra paulatinamente. Ideal para cualquier tipo de vino fortificado.
Copa Madeira
Muy similar a la de Oporto, esta se abre en el cuello tras un estrechamiento para ofrecer el aroma más directo.
Más allá del tipo de copa, también hay que tener en cuenta su elaboración. Buscaremos un cristal lo más fino posible, a ser posible soplado a boca. Y, a partir de ahí, se abre un océano de grandes marcas creadoras de magníficas copas, deseadas por el amante del vino como un auténtico Santo Grial.