Qué decantador de vino comprar: tipos, usos y recomendaciones

El decantador de vino es uno de esos accesorios que muchos asocian con la sofisticación o con rituales algo exagerados, pero su uso tiene un sentido práctico y puede mejorar de forma notable la experiencia de cata.

Sin embargo, elegir un buen decantador no siempre es tan sencillo como parece. Más allá de la forma y del cristal, conviene conocer qué función desempeña realmente, qué errores conviene evitar y qué vinos se benefician más del proceso de decantación.

Si estás pensando en comprar uno o en regalarlo, esta guía te ayudará a acertar.

¿Qué hace realmente un decantador?

Mucha gente cree que decantar es sinónimo de “airear” el vino. Pero en realidad, la decantación tiene dos finalidades:

  1. Separar sedimentos
    Algunos vinos, sobre todo tintos con crianza prolongada o elaborados sin filtración, desarrollan posos naturales. El decantador permite verter el líquido con suavidad, dejando esas partículas en la botella.
  2. Oxigenar
    El contacto con el oxígeno hace que los compuestos aromáticos se expresen y que los taninos se suavicen. Es especialmente útil en vinos jóvenes y potentes.

No todos los vinos necesitan decantación. Algunos blancos delicados, vinos muy viejos o espumosos pueden perder parte de sus matices si se exponen demasiado tiempo al aire.

Claves para elegir un decantador adecuado

Antes de elegir un modelo por su aspecto, piensa en cómo lo vas a usar. Estas son algunas consideraciones importantes:

  1. Capacidad y forma
    El decantador debe permitir que el vino se extienda en una capa fina. Por eso, los de base ancha son los más indicados para oxigenar rápido. Para separar sedimentos, en cambio, un decantador más vertical facilita un vertido limpio y controlado.
  2. Calidad del material
    El cristal soplado o el vidrio de buena transparencia son preferibles. Permiten apreciar el color y la evolución del vino. Si lo vas a usar con frecuencia, revisa que no sea excesivamente frágil.
  3. Facilidad de limpieza
    Uno de los grandes inconvenientes del decantador es la limpieza. Asegúrate de que el cuello no sea tan estrecho que resulte imposible de secar. Algunos modelos incluyen accesorios de limpieza específicos.
  4. Estilo y uso previsto
    Si el decantador es para ocasiones informales, no hace falta un diseño demasiado complejo. Pero si buscas una pieza decorativa que acompañe cenas especiales, quizá quieras invertir en un diseño artesano o en cristal tallado.

decantador de vino y copas

Errores frecuentes al decantar

Incluso quien tiene experiencia puede cometer errores al utilizar un decantador. Estos son algunos de los más habituales:

  • Decantar cualquier vino por sistema
    No todos los vinos se benefician del oxígeno. Algunos tintos muy antiguos pierden aromas en pocos minutos.
  • Decantar con demasiada antelación
    Un vino joven puede aguantar media hora o una hora decantado, pero un vino maduro podría evolucionar demasiado rápido.
  • Usar detergentes aromáticos para limpiarlo
    El cristal puede retener olores. Es preferible limpiarlo solo con agua caliente y, si es necesario, usar perlas de acero inoxidable.
  • Servir demasiado vino de golpe
    Llenar el decantador hasta el borde reduce la superficie de oxigenación y anula buena parte de su efecto.

Curiosidades sobre el decantador

  • El uso del decantador tiene más de 2.000 años de historia. En la Roma clásica ya se utilizaban recipientes similares, aunque más rudimentarios.
  • La tradición de las velas al decantar viene de la necesidad de ver con claridad el momento en que aparecen los sedimentos.
  • Algunos coleccionistas utilizan decantadores diferentes para el mismo vino: uno para airearlo y otro para presentarlo en mesa.
  • Los decantadores de cristal negro se emplean en catas a ciegas para evitar que el color influya en la valoración.

¿Qué vinos merece la pena decantar?

Si te preguntas con qué tipo de vinos conviene utilizar un decantador, estas son algunas recomendaciones:

  • Contra la creencia general, algunos vinos tintos jóvenes mejoran notablemente con la aireación. En especial, aquellos con taninos marcados, ya que el oxígeno ayuda a suavizar su astringencia.
  • Tintos con crianza prolongada y sedimentos.
  • Algunos blancos con crianza en barrica que necesitan abrirse.
  • Vinos naturales sin filtrar.

Por el contrario, los vinos delicados o muy antiguos deben decantarse con prudencia, o simplemente abrirse y dejarlos respirar en la botella o en la copa. Es fundamental no excederse con los tiempos de espera, ya que son más propensos a estropearse. La clave está en encontrar el equilibrio.

 

Un decantador no es un simple objeto decorativo. Bien elegido y utilizado, puede transformar un vino correcto en una experiencia mucho más placentera. La clave está en comprender su función, conocer las necesidades del vino que vas a servir y evitar los errores más comunes.

Si estás pensando en invertir en un decantador o en regalarlo, recuerda que la calidad del cristal, la forma y la facilidad de limpieza marcan la diferencia. Elegir con criterio no solo mejora el sabor, sino que demuestra respeto por el vino y por quienes lo comparten contigo.

 

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