Seguro que en más de una ocasión te has preguntado a qué temperatura debes servir ese vino especial que has guardado durante tanto esperando un momento adecuado, para que se muestre con todo su potencial. Es más, te confesamos que es una de las dudas habituales que nos trasladan los visitantes que cada fin de semana recibimos en nuestra bodega. En este artículo comprobarás, no sólo que la pregunta es pertinente, sino que, además, la temperatura del vino es un aspecto crítico para que puedas apreciar todo el potencial aromático y sabores del mismo.
Si realmente quieres disfrutar de una buena copa, y conseguir que ésta sea la estrella de tu comida o cena, sigue las pautas siguientes a la hora de elegir la temperatura de consumo de tu vino.
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La temperatura adecuada del vino.
Como decíamos unas líneas más atrás, la temperatura adecuada de servicio del vino es un elemento esencial para poder percibir correctamente todas sus características y disfrutarlo convenientemente. Lo primero que debes saber es que no existe una temperatura idónea estándar, sino que esta dependerá del tipo de vino que tengas pensado abrir en cada ocasión, así como del tipo de crianza que haya seguido el mismo. Pese a todo, sí que hay un par de normas básicas que debes saber. Una, por debajo de 5ºC, es muy difícil apreciar sabores y/o aromas de ningún vino; y dos, por encima de 18ºC, el vino, por norma general, mostrará notas alcohólicas, que enmascararán muchas de sus virtudes. Así que, por lo menos, ya hemos marcado algunas líneas rojas generales. Vayamos con las particularidades.
Lo primero que debemos determinar es el tipo de vino que vamos a abrir para sorprender a nuestra pareja, amigos o familiares en esa ocasión especial. Si nuestra elección es un vino blanco, lo ideal es servirlo fresquito, pero, ojo, que no es lo mismo un vino blanco joven que un fermentado o criado en barrica. Así pues, si hablas de un vino joven, lo suyo es que lo sirvas a una temperatura próxima a los 7ºC. Si optas por vino estilo nuestro PRADOREY Blanco (con un ligero paso por barrica y con algo de complejidad), nuestro consejo es lo sirvas en torno a los 9ºC. Por último, si optas por un blanco de larga crianza, la temperatura adecuada para poder percibir la cascada de aromas y sabores de esta joya estará en torno a los 12ºC. Es más, si lo sirves con 9 – 10ºC, y lo dejas decantando unos minutos, verás que conforme el vino vaya alcanzando su temperatura ideal, te irá mostrando una sorprendente complejidad que no te dejará indiferente.
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Si apostamos por otro tipo de vinos blancos, como una manzanilla o un fino, nuestro consejo es que sirvas el mismo siempre por debajo de 10ºC. Si por el contrario optamos por un frizzante o un semidulce, atrévete a enfriarlo hasta los 6ºC. Te sorprenderás.
Si eres una de esas personas a las que les gusta arriesgar con un rosado, verás que también hay algunas similitudes con el vino blanco. Si el caldo elegido es un rosado pálido, estilo nuestro Lía de PRADOREY, te aconsejamos que sirvas el mismo en torno a unos 6ºC. Ahora bien, si eres una de esas personas que considera que el rosado es un vino con personalidad propia, entonces tu opción debe ser nuestro alucinante PRADOREY Rosado Fermentado en Barrica. Toda una explosión de aromas y sabores, los cuales, para disfrutarlos en plenitud, te aconsejamos que sirvas en torno a 9 – 10ºC.
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En lo que respecta a los tintos, hay que pensar también en su elaboración para entender qué es lo que ha querido buscar el enólogo a través de la misma. En los vinos jóvenes, como nuestro PRADOREY Origen, destacarán los aromas más frescos (frutales y florales), pero para fomentarlos y disfrutarlos en plenitud, deberás servir el vino a una temperatura entre 13 y 15ºC. Por el contrario, si hablamos de vinos de crianza y / o de guarda (como nuestros Finca Valdelayegua, Finca La Mina, Finca RSV o nuestros Élite y Adaro), aquellos en los que se buscan aromas más complejos derivados de la propia elaboración del vino, entonces nuestro consejo es que lo sirvas en torno a 15 – 17ºC para poder apreciar los mismos en plenitud.
Finalmente, ten en cuenta que los cavas deben tomarse entre 5 y 7 ºC como temperatura ideal.
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¿Cómo enfriar el vino?
No solamente debes saber a qué temperatura servir el vino, sino que también es muy importante enfriarlo de manera correcta para que consiga mantener todas sus características organolépticas.
No pongas nunca una botella de vino en el congelador. Es necesario que adquieran la temperatura adecuada de manera progresiva en la nevera antes de tomarla. Asimismo, puedes mantenerla en su punto de frío en la mesa con una cubitera. Esto es especialmente recomendable en verano, ya que mientras comemos la botella irá subiendo grados.
¿Un truco para enfriar el vino perfectamente? Llena la cubitera de hielo y agua para conseguir que el frio se reparta de manera uniforme por toda la botella. Si añades un poco de sal al agua, el proceso será más rápido porque el hielo se derretirá antes. También son interesantes las camisas enfriadoras, las cuales enfrían el vino de forma paulatina.
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Temperatura de servicio y de consumo
No hay que confundir la temperatura de servicio con la de consumo de un vino.
Por mucho que se nos sirva a la temperatura adecuada, la copa permanecerá sobre la mesa durante un rato. Por lo tanto, es muy fácil que aumente un par de grados. Servirlo un poco más fresco de lo deseado puede ser la clave, ya que así verás cómo en pocos minutos adquiere la temperatura óptima, así como tener una cubitera a mano para los días de verano.
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Últimos Consejos para disfrutar del vino
¿Quieres disfrutar realmente de un buen vino? Sigue los siguientes consejos para poder percibir todas las cualidades de esta bebida.
Para empezar, calcula bien el tiempo antes de que vayas a consumirlo. El vino necesita adaptarse al entorno antes de beberlo, y esto implica dejar la botella de pie en la estancia donde vamos a consumirla para que asuma el cambio de ambiente y pueda ofrecernos sus mejores cualidades.
Igualmente, es indispensable que no sirvas nunca vino del tiempo. Ten en cuenta que, si la temperatura ambiental es alta, no podrás percibir correctamente el vino ni en nariz ni en boca. El calor hace que aumente el grado alcohólico de un caldo y, por lo tanto, que su sabor se desvirtúe y no se perciban sus aromas secundarios y terciarios.
Finalmente, si te estás iniciando en el consumo de vino puede ser una buena opción usar un termómetro. De esta manera, podrás irte acostumbrando a identificar las distintas temperaturas más adecuadas para cada variedad de vino.
En definitiva, como habrás podido leer, disfrutar del vino también pasa por servir el vino a su correcta temperatura, y que ésta oscilará en función de si hablamos de vinos tintos, blancos, rosados y cavas, así como de su crianza. Además, es importante conocer la mejor manera de enfriar una botella para conseguir que alcance los grados adecuados de su variedad específica. Respetar los tiempos de cada vino, su enfriamiento gradual y, sobre todo, tener claro que la temperatura de servicio y la de consumo no es siempre la misma. El calor ambiental cuando la copa está en la mesa puede aumentar en un par de grados la temperatura del vino. En consecuencia, aunque lo hayas enfriado correctamente, podrías no llegar a disfrutarlo en plenitud.
Ya sólo te queda brindar. Con estos sencillos consejos seguro que el vino elegido será un éxito.
¡Salud!