Descorchar un vino parece sencillo, ¿verdad? Pues a veces se convierte en una pesadilla: No somos capaces de introducir la espiral, se nos tuerce, nos cuesta mucho tirar de él para que salga… y lo peor… se nos ¡rompe! Y es que el corcho es fundamental para mantener vivo el vino durante toda su guarda hasta el momento de disfrutarlo. Y si seguimos estos sencillos pasos, evitaremos que el corcho se rompa y presentaremos el vino limpio de microgranos de corcho flotando en nuestras copas.
Cómo abrir una botella con sacacorchos
Los profesionales de esto, que los hay – sumilleres – siguen hasta 19 pasos cuando abren y decantan un vino. Nosotros, nos vamos a centrar en la mejor manera de hacerlo en casa, sin la mirada incisiva de los clientes. Para asegurarnos de un buen descorche seguiremos el siguiente decálogo:
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Poner la botella en vertical.
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La etiqueta debe mirar hacia el resto de comensales. Si no mira, tampoco pasa nada.
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Cortar la cápsula por debajo del gollete, que es la parte que sobresale en el cuello de la botella.
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Introducir la espiral del sacacorchos apretando y girando a la vez. Hay que hacer diana en el centro para evitar que se nos tuerza y acabemos rompiendo el corcho.
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Hacer palanca con el primer apoyo del sacacorchos de dos tiempos.
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Una vez que han salido aproximadamente cinco centímetros del corcho, usar el segundo apoyo del descorchador.
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Evitar hacer ruido en el momento de sacar el corcho. Pero si te gusta el sonido que hace una botella de vino al descorcharse, no estaremos allí para juzgarte.
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Debemos asegurarnos que no queda ningún resto de corcho en el vino.
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Oler el corcho para asegurarnos que está correcto. Se busca un olor muy característico a humedad que indicaría que el corcho no está en buenas condiciones y posiblemente haya trasladado esos aromas al vino.
- La mejor parte: Disfrutar del vino y si es en buena compañía, mejor.
Cómo abrir una botella sin sacacorchos
Lo vamos a poner más difícil todavía. Nos hemos ido de picnic, tenemos la comida, el vino, las copas, pero nos hemos olvidado el sacacorchos. En estos casos seguro que acudimos a internet donde existen un montón de tutoriales donde hay formas ingeniosas de sacar un corcho sin necesidad del sacacorchos. Tenemos que recordar y advertir, que algunas no son aconsejables por su peligrosidad y por la falta de respeto con el vino. Pero, en caso de urgencia nos pueden sacar de un apuro:
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Nos hemos dejado el sacacorchos, pero ¡increíble! tenemos un tornillo y un martillo. En este caso introduciremos el tornillo en el corcho hasta la mitad y, a continuación, con la parte de atrás del martillo diseñada para quitar puntas, y con mucho cuidado para no romper el cuello de la botella, haremos palanca hasta que salga una parte del corcho. En ese momento, ponemos el martillo en vertical y tiramos. ¡AVISO! Se requiere fuerza
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AVISO: ¡Solo usar en caso de emergencia! Tras esta advertencia, y si no hay otra opción, encontramos el “sistema del zapato”. En este caso se mete la botella en un zapato plano y se golpea la base de la botella hasta que el corcho sobresalga lo suficiente para que lo podamos sacar a mano. El zapato sirve para amortiguar el golpe y que la botella no se rompa, pero también se puede usar un trapo o una almohada. Cabe decir que este sistema convierte el vino en un batido de uvas fermentadas.
- El último sistema es el más pecaminoso, pero seguramente el que más respeta el interior de la botella. Es simplemente empujar el corcho hacia el interior e imaginarnos que es un barquito a la deriva en un mar de vino.
Lo mejor para evitar cualquiera de estos sistemas para abrir una botella de vino sin usar sacacorchos es precisamente tener siempre un sacacorchos a mano y, entonces, el disfrute del vino está asegurado.