Cava y champagne, ¿son lo mismo?

Se trata de una pregunta retórica: claro que no. Pero, ¿sabes las diferencias? Aquí te las contamos. Ni un día más sin descorchar una botella de champagne y llamarlo cava. ¡Ni un día más de abrir un cava y llamarlo champagne!

 

Lo que tienen en común

  • Son dos tipos de vinos espumosos.
  • Los dos se elaboran siguiendo el método Champenoise.
  • Ambos son vinos blancos con gas carbónico natural, es decir, que se han producido por una segunda fermentación.


Lo que les diferencia

  • El champagne está elaborado en la región francesa de la Campaña (al norte de París) y cuenta con denominación de origen. El cava es español y no está vinculado con denominación de origen (aunque desde 1986 existe la Región Cava para agrupar a los 159 municipios de Cataluña, La Rioja, Aragón, Valencia y Extremadura que producen espumosos mediante el método tradicional).
  • Como consecuencia de las diferencias anteriores está el factor climático: en el cava manda el clima mediterráneo y los suelos son calcáreos y arcillosos, mientras en el champagne se impone el clima francés, menos moderado, sobre suelos pobres ácidos y pobres en sustrato.
  • El champagne está elaborado con la mezcla de dos uvas tintas y una blanca (pinot noir, pinot meunier y chardonnay), mientras el cava está elaborado con dos uvas blancas y una tinta (parellada, xarel-lo y macabeo; también trepat en el caso de los rosados).
  • El champagne se elabora con mezclas de vinos tranquilos de distintas vendimias con el fin de regular el espumoso. El cava, no.
  • El tiempo de crianza en el caso del cava establece un mínimo de nueve meses en Cava de Guarda, y otro período de Cava de Guarda Superior que puede ir de los 18 a los 36 meses. En el caso del champagne, debe transcurrir un mínimo de 15 meses entre el tiraje y la expedición y 12 sobre lías, plazo que se extiende a tres años para los champagnes con añada (millésimes).
  • El precio del champagne suele duplicar al del cava.   

 

Copas de Champagne

 

El método Champenoise

El procedimiento tradicional, que se debe al monje Dom Perignon, nos lleva hasta el siglo XVIII. La clave es la fermentación en dos fases, la primera en cuba y la segunda en botella. Tras este proceso, la bebida madura en estanterías donde los posos caen al cuello de la botella, y las botellas son giradas un octavo de vuelta cada día con el fin de que los restos de levaduras y azúcares se diluyan debidamente. No antes de nueve meses después de esto se ejecuta el degüelle, se eliminan los posos de levadura y se vuelve a tapar la botella, ya lista para salir de la bodega.


Cava y champagne: variedades

Existen distintas variedades de cava en función del tiempo de crianza:

  • Cava Joven (no menos de nueve meses en botella desde el momento del tiraje).
  • Cava Reserva (entre 15 y 18 meses).
  • Cava Gran Reserva (mínimo de 30 meses).
  • Cava de Paraje Calificado (mínimo de 36 meses en botella).

 

Otro criterio es según el azúcar:

 

Respecto al champagne se incorporan estas otras categorías…

  • Sec: de 17 a 32 gramos por litro.
  • Demi-Sec: de 33 a 55 gramos de azúcar por litro.
  • Doux: más de 50 gramos de azúcar por litro (es el champagne más dulce del mercado).

 

Sea cual sea tu elección, sírvelo frío y en copa fina y alta. ¡Chin chin!

 

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