El corcho es el gran aliado del vino. Lo mantiene vivo durante toda su guarda hasta el momento en que abrimos la botella. Debemos tener mucho cuidado para que el momento del descorche, el tapón no pase de ser un aliado a nuestro peor enemigo. Para ello, solo hay que seguir unos sencillos pasos que evitarán que el corcho se rompa y presentemos un vino sucio.
Si habláramos de esta tarea en un ambiente profesional habría que enumerar los 19 pasos que el sumiller debe dominar cuando abre y decantar un vino. Sin embargo, nos centraremos en la mejor manera de hacerlo en casa, sin la mirada incisiva de los clientes, pero con la presión de generar risas entre nuestros allegados.
Para asegurarnos de un buen descorche seguiremos el siguiente decálogo:
- Poner la botella en vertical.
- La etiqueta debe mirar hacia el resto de comensales.
- Cortar la cápsula por debajo del gollete, que es la parte que sobresale en el cuello de la botella.
- Introducir la espiral del sacacorchos apretando y girando a la vez.
- Hacer palanca con el primer apoyo del sacacorchos de dos tiempos.
- Una vez que han salido cinco centímetros del corcho, usar el segundo apoyo del descorchador.
- Evitar hacer ruido en el momento de sacar el corcho.
- Debemos asegurarnos que no queda ningún resto de corcho en el vino.
- Oler el corcho para asegurarnos que está correcto.
- La mejor parte: disfrutar del vino.
+
Pero, ¿qué sucede cuando no queremos beber más que una copa de nuestro vino y mantener el resto en perfectas condiciones?
Para esas situaciones existe el Coravin, un sistema inventado por el ingeniero Greg Lambrecht del MIT de Massachusetts, que permite servir una copa de vino sin tener que descorchar la botella. El dispositivo inyecta una aguja a través de la cápsula y el corcho, y, a la vez que saca el contenido, presuriza el interior de la botella rellenando el vacío que deja el vino con argón, un gas noble con una reactividad muy baja que evita la oxidación del resto del vino que queda en la botella.
Cómo abrir una botella sin descorchador
Lo vamos a poner más difícil todavía. Nos hemos ido de picnic, tenemos la comida, el vino, las copas, pero nos hemos olvidado el sacacorchos (y curiosamente tampoco tenemos el Coravin a mano). Para esta situación extrema existen varias formas de sacar el corcho sin necesidad de sacacorchos. A pesar de que existen un montón de tutoriales en internet, tenemos que recordar que no son aconsejables por su peligrosidad y por la falta de respeto con el vino. Pero, en caso de urgencia nos pueden sacar de un apuro:
- Nos hemos dejado el sacacorchos, pero sorpresivamente tenemos un tornillo y un martillo. En este caso introduciremos el tornillo en el corcho hasta la mitad y, a continuación, con la parte de atrás del martillo diseñada para quitar puntas, y con mucho cuidado para no romper el cuello de la botella, haremos palanca hasta que salga una parte del corcho. En ese momento, ponemos el martillo en vertical y tiramos.
- AVISO: ¡Solo usar en caso de emergencia! Tras esta advertencia, y si no hay otra opción, encontramos el “sistema del zapato”. En este caso se mete la botella en un zapato plano y se golpea la base de la botella hasta que el corcho sobresalga lo suficiente para que lo podamos sacar a mano. El zapato sirve para amortiguar el golpe y que la botella no se rompa, pero también se puede usar un trapo o una almohada. Huelga decir que ese sistema es terrible para el vino, que se convierte en un batido de uvas fermentadas.
- El último sistema es el más pecaminoso, pero seguramente el que más respeta el interior de la botella. Es simplemente empujar el corcho hacia el interior e imaginarnos que es un barquito a la deriva en un mar de vino.
Lo mejor para evitar cualquiera de estos sistemas para abrir una botella de vino sin usar descorchador es precisamente tener siempre un descorchador a mano y, entonces, el disfrute del vino está asegurado.