Conservar el vino es el complemento perfecto para que no pierda ni propiedades ni sabor. En no pocas ocasiones se cometen errores básicos que terminan arruinando un buen vino. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos básicos que podrás aplicar para poder degustar cada vino de la mejor forma posible.
¿Cómo conservar vinos jóvenes y crianzas?
Para la conservación de estos tipos de vino hay que tener en cuenta varios factores fundamentales como los que ahora te explicamos.
Temperatura
El lugar en el que se deposite la botella no deberá tener una temperatura inferior a los 9 grados ni superior a los 17. Es conveniente escoger un espacio que no se vea afectado por cambios bruscos de temperatura que terminan por alterar el vino. Existen botelleros en los que es posible seleccionar una temperatura fija. De no disponer de uno, lo mejor es que leas el resto de aspectos para encontrar el espacio más adecuado.
Humedad
Es, posiblemente, el requisito más complicado de cumplir. Lo normal es intentar mantener el grado de humedad al 50 % aunque podría alcanzarse hasta el 80 % sin problemas de conservación. Para aumentar o disminuir la humedad es conveniente contar con un humidificador o un deshumidificador. En ocasiones, basta con poner una esponja seca en un lugar con mucha humedad o un recipiente con agua en lugares demasiado secos.
Te recomendamos la adquisición de una estación meteorológica electrónica para conocer la temperatura y el porcentaje de humedad relativa en todo momento. Solo así te resultará más sencillo emprender las acciones oportunas para lograr los mejores resultados.
Luz
Es muy importante que la luz solar no pueda entrar en el espacio elegido para la conservación. A pesar de que el cristal de las botellas es oscuro para preservar el vino de la luz, no es aconsejable que el lugar sea demasiado luminoso, ya que puede provocar efectos poco agradables sobre el vino.
Posición
Ni los expertos se ponen de acuerdo y todo dependerá de la forma en la que sirvas el vino. En principio, si vas a consumir la botella en menos de 3 días puedes guardarla en posición vertical. En caso contrario, hazlo en posición horizontal para que el corcho no pierda humedad. Al servirlo, usa un decantador que te ayudará a eliminar las posibles impurezas que suele haber en el fondo de la botella y que, lógicamente, se extienden a todo el vino en la antedicha posición.
Algunos enólogos recomiendan:
– La posición vertical para los vinos jóvenes y los espumosos.
– La posición horizontal para los vinos de guarda (crianzas, reservas o grandes reservas).
El tiempo de conservación
El vino es un ser vivo y como tal hay que entender que va a evolucionar permanentemente. En función de su tipología, su conservación durará más o menos. Por poner un ejemplo que entienda todo el mundo, podríamos decir que un vino tiene muchas similitudes con el cuerpo humano. No es lo mismo prepararlo para correr una maratón que para salir a pasear. Un vino joven ha sido concebido para ser bebido razonablemente pronto, mientras que un reserva o un gran reserva, por el contrario, ha sido creado para que dure muchos años. El que puedan mantenerse durante toda su vida en un estado óptimo, va a depender de que hayamos cumplido las pautas anteriormente señaladas. Aunque sea difícil generalizar, los expertos suelen recomendar lo siguiente:
– Vinos jóvenes y rosados. Se recomienda su consumo durante el año siguiente de su adquisición. Sin embargo, nuestro PRADOREY Rosado Fermentado en barrica, tanto por su tipo de uva como por su elaboración, es un vino que puedes conservar hasta 3 años después de su adquisición sin ningún problema. Es más, si eres un auténtico “wine lover”, te sugerimos que hagas la prueba de aguantarlo incluso un poco más. Te sorprenderá su complejidad.
– Cavas y espumosos. Se pueden tomar hasta 3 años después de su compra. Sin embargo, un buen Champagne que no sea mezcla de añadas (Milessimé) puede durar muchos más años debido a su nivel de acidez.
A medida que pase el tiempo, el vino irá evolucionando. Esto es interesante, por cuanto es muy probable que esa botella que compraste vaya ganando en complejidad y perdiendo algo de frescura. ¿Y cuándo conviene beberse ese vino? Cuando más te guste a ti. Hay personas a las que les gusta el vino con un poquito más de “nervio” y otras, sin embargo, que lo prefieren aterciopelado. ¿Has descubierto ya cuál es tu gusto favorito?
¿Cómo conservar reservas, grandes resevas y vinos de autor?
Estos vinos tienen unas peculiaridades específicas que conllevan que el cuidado de los mismos sea el más adecuado. Cada botella es una inversión, por lo que hay que intentar tener en cuenta que:
– Resulta adecuado tener un espacio específico para estas botellas. Comprar un botellero y montarlo tú mismo en casa es una gran opción. En caso contrario, busca algún mueble o espacio que cumpla con las condiciones de humedad, temperatura y luminosidad arriba expuestas.
– Las condiciones de conservación hay que controlarlas con mayor exhaustividad. Es importante controlar la temperatura ambiente, la humedad y también las etiquetas. Si hay poca humedad se desprenderán y si hay demasiada se arrugarán. No dudes en mirar botella por botella al menos una vez a la semana para obtener los mejores resultados.
– El tiempo de conservación. Una buena botella puede almacenarse hasta 30, 40 ó 50 años, de aquí se deduce que tu labor diaria es indispensable para que, al abrirla, disfrutes del sabor de un buen vino.
¿Qué debes evitar al conservar el vino en casa?
– Usar el frigorífico. De acuerdo, no entra la luz solar, tiene una temperatura adecuada y la humedad relativa puede ser la apropiada, pero el frío continuo termina afectando a la evolución del vino. Igualmente, al estar en contacto con otros alimentos, puede producirse cierta contaminación que termine afectando a su sabor.
– Usar una barrica o bota casera. Si has comprado vino a granel podría valer, pero si lo has adquirido ya embotellado ni se te ocurra. Primero porque lo que vas a hacer es alargar el tiempo de maduración del vino en tu casa donde las condiciones no van a ser nunca como las de la bodega donde se ha criado el vino. Y segundo porque alterarás el sabor del vino y, posiblemente, termines degustando una extraña mezcla que poco, o nada, tiene que ver con el sabor original.
– Dejarlo en la caja. Aunque la caja esté en un espacio adecuado, el cartón es un material maleable al que le afectan todo tipo de agentes externos como la humedad, el calor y similares. Lo mejor es reciclar la caja y colocar las botellas en el lugar más correcto.
– Usar una chimenea que no se use o la despensa. En ambos casos puede alterarse el sabor del vino fácilmente y, además, no son lugares en los que sea fácil controlar la luz y la temperatura.
Esperamos haberte ofrecido todos los consejos que necesitas para conservar el vino de la mejor forma posible. De ti depende ponerlos en práctica y disfrutar al máximo de cada copa que quieras degustar en la tranquilidad de tu hogar.