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La Triada es un viaje al pasado que comienza con la pasión y la ganas de iniciar un camino que no sabes donde te va a llevar. La Triada son tres añadas de un vino, El Buen Alfarero, que tienen en común un único elemento que es el barro.
Un vino, tres añadas, tres joyas diferentes y diferenciadas que por sí solas se disfrutan y juntas emocionan.
¿Y si elaboramos un vino como los que hacían nuestros abuelos? En 2016 empezamos a rescatar tinajas de barro en antiguas bodegas familiares abandonadas para el que iba a ser nuestro proyecto más personal. Seleccionamos la parcela 119 de nuestro viñedo, un lugar especial dentro del Hoyo Dornajo. Vendimiamos con nuestras manos, pisamos la uva con nuestros propios pies, bazuqueamos a diario y nos emocionamos probando el resultado. 6 meses y 23 días después embotellamos la primera añada de un vino del que, por encima de todo, destacaba su alma. Acababa de nacer El Buen Alfarero.
En 2017 la naturaleza nos volvió a enseñar su fuerza en la Ribera del Duero con una helada que mermó considerablemente la producción y otorgando a esta añada un carácter mucho más robusto de lo normal. La uva se expresaba de diferente manera dentro de la tinaja y nos entraron las dudas, así que decidimos esperar y aprendimos el valor del tiempo. 17 meses y 8 días después, volvimos a sentir la misma emoción que habíamos sentido el año anterior. Supimos entender que, a veces, para que las cosas salgan como tú quieres, tienes que darte un poco más de tiempo.
El barro, a través de estas tinajas, nos estaba enseñando muchas cosas que podíamos aplicar a otros de nuestros vinos, así que nos lanzamos a seguir avanzando en el proyecto probando con más tipos de ánforas, otros vinos y otras elaboraciones, pero manteniendo dos tinajas siempre reservadas para El Buen Alfarero. En el 2018 volvimos a elaborar el vino de la misma manera y de nuevo fue diferente. Esperamos durante 9 meses y 17 días a que el vino se redondease y mostrara de forma pura su carácter. Y fue entonces cuando lo embotellamos, siendo estas las primeras botellas que salen, en primicia, a comercializarse.
AÑADAS
2016 – 2017 -2018
360 €
CUIDANDO CADA DETALLE
EL VIÑEDO
La parcela 119 es una de nuestras zonas de viñedo más singulares. Se ubica en el Hoyo Dornajo, el primer pago que plantó el fundador de la marca, Javier Cremades de Adaro,en la finca y que llega a más de 830 metros de altitud. Tiene 32 años de antigüedad y en esta parcela tenemos Tempranillo y algo de Albillo, que empleamos en la elaboración de este vino. La vendimia es manual y el rendimiento medio es de 4.000 kilos por hectárea. Un gran viñedo para hacer un gran vino.
TINAJAS DE BARRO CENTENARIAS
En la actualidad contamos con más de 30 tinajas rescatadas de antiguas bodegas abandonadas de diferentes procedencias, Quismondo, Chozas de Canales, El Tiemblo, Morata de Tajuña…Las más grandes cuentan con una capacidad de casi cinco mil litros y las más pequeñas de apenas 500, formando una bodega de tinajas inigualable en el sector. Hoy, gracias a este proyecto, participamos en una investigación a nivel europeo para entender mejor qué es lo que estas tinajas aportan y como interactúan con el vino a lo largo de los diferentes procesos de elaboración. Por supuesto, nos sentimos orgullosos de ser un ejemplo de innovación y de reinvención.
ELABORACIÓN ARTESANAL
Todo el proceso es artesano y hecho como se hacía hace cientos de años. La uva la recogemos a mano, la pisamos y la introducimos en la tinaja, donde fermentará durante diez o quince días. Durante la fermentación bajamos a bazuquear varias a veces al día para macerar el mosto con las pieles. Una vez terminada la fermentación, sacamos el vino y nos metemos dentro de la tinaja para extraer los restos de los hollejos. Cuando la tinaja está de nuevo preparada, volvemos a meter el vino para su crianza en la misma tinaja en la que fermentó. Cuando consideramos que el vino está en el punto perfecto, lo embotellamos de forma manual y dejamos las botellas en el dormitorio hasta que sea comercializado, momento en que las lacramos y fijamos el sello de barro una a una, terminando así la obra de artesanía.
EL RESULTADO
El Buen Alfarero es un vino franco, que refleja perfectamente el carácter de cada añada en cada una de sus botellas. Es un vino fresco donde predomina al principio la fruta fresca con ciertos matices que nos transportan al bosque, tan típico de la uva tempranillo. Con el paso de los años el vino gana en elegancia, manteniendo la frescurapero madurando hacia la sedosidad y la finura. Un vino de trago largo, muy agradable al paladar y con una personalidad que sorprende a todo el que lo disfruta. El Buen Alfarero es pureza y es alma.
Carretera CL-619 km 66.1 Gumiel de Mercado (Burgos) Espana
Carretera CL-619 km 64 Gumiel de Mercado (Burgos) Espana